CIENCIAS SOCIALES Y HUMANIDADES  

35° Encuentro Plurinacional en San Luis: Hacia feminismos inclusivos y anticoloniales

En los Encuentros de Mujeres, a partir de los últimos rebautizados como Encuentros Plurinacionales de Mujeres, Lesbianas, Travestis, Trans, Bisexuales, Intersexuales y No Binaries, se comenzaron a anudar reivindicaciones del movimiento feminista con las de pueblos indígenas. Una de las cuestiones más importantes de esta articulación fue la reciente incorporación en el nombre de los encuentros de la muy debatida “plurinacionalidad”.


Ceremonia indígena abrazada por la ronda de mujeres

El “nombrarse plurinacionales” incluye una serie de reconocimientos a la diversidad de naciones que habitan el actual territorio argentino, que implicaron debates y acuerdos a los cuales que no fue sencillo arribar; llevaron tiempo y acalorados intercambios.

En paralelo, en los últimos años también vienen confluyendo en este y otros espacios de lucha algunos sectores del movimiento feminista y del movimiento ambiental. Estas articulaciones suelen englobarse desde la academia dentro del Ecofeminismo, entendido como un enfoque reciente, abierto, plural, diverso, teórico y militante, que aporta nuevas perspectivas para analizar las intersecciones entre extractivismo y patriarcado y desnaturalizar sus alianzas históricas de dominación.

Estos tejidos que se vienen potenciando, se pusieron de manifiesto una vez más, en el último Encuentro Plurinacional, que se realizó en San Luís del 8 al 10 de octubre de 2022. Lo más interesante de esta instancia, es que por primera vez se convocó al Encuentro con el nombre de plurinacional y bajo el lema “en territorio huarpe, comechingón y ranquel”, en alusión a los pueblos originarios de la zona puntana. El 35° Encuentro fue masivo y plural. Participaron alrededor de 150 mil personas, luego del lapso de dos años sin presencialidad por la pandemia de Covid-19.

Ya desde el 32° Encuentro, que se realizó en Chaco, y el 33° en Chubut, se venía instalando con fuerza la demanda de las comunidades originarias de que se cambie el nombre de Nacional a Plurinacional, en un gesto a las reivindicaciones de las mujeres y disidencias de las más de 30 naciones originarias preexistentes al Estado Argentino que participan de este espacio.

También desde los colectivos de lesbianas, trans, travestis, bisexuales, intersexuales y no binaries se insistía en la inclusión las disidencias sexuales en el nombre de este movimiento, que se reúne una vez por año de manera itinerante en distintas provincias. Con una gran resistencia por parte de la histórica Comisión Organizadora (conducida por el Partido Comunista Revolucionario), pero una gran aceptación de las y les participantes, se instaló con fuerza el cambio de nombre en el encuentro número 34 en La Plata en 2019.

“Lo que no se nombra, no existe”, expresa una consigna emblemática del feminismo, que se materializó en la incorporación de manera explícita de la plurinacionalidad y de cada una de las identidades que no se reconoce dentro de la categoría de “mujer”.

Ecologizar el feminismo y feminizar el ecologismo

Ya en el anteúltimo Encuentro de 2019, este agrupamiento político de perspectivas que incluye a las mujeres indígenas y a militantes ecologistas o personas interesadas por el tema ambiental, se puso de manifiesto en la multitudinaria participación que tuvieron los talleres de Mujeres y Luchas Ambientales, Ecofeminismo, Mujeres Campesinas y Mujeres Originarias. Pero, además, estos temas estuvieron presentes de manera transversal en otras actividades impulsadas desde la campaña “Somos Plurinacional”, que tuvo como objetivo la inclusión de lesbianas, trans, travestis, no binaries, intersexuales, bisexuales, indígenas, negras, afro y racializadas.

Este año, la presencia de estos temas creció notablemente. En el Encuentro de San Luís, dentro de las propuestas de los más de 100 talleres, se realizaron alrededor de 15 que expresaron estos anudamientos entre los colectivos indígenas, ecologistas y feministas. Agrupados en los ejes “identidades y sexualidades”, “territorio” y “activismos y organización” se plantearon los siguientes espacios de intercambio: Identidades marrones, Mujeres y Diversidades Indígenas en relación a les cuerpes, Plurinacionalidad y medicina ancestral, Plurinacionalidad y recuperación de la identidad indígena originaria, Plurinacionalidad y espiritualidad, Plurinacionalidad y racismo, Plurinacionalidad y terricidio, Plurinacionalidad y libre determinación de los pueblos, Megaminería y Fracking, Pueblos Fumigados, Humedales, Alimentación y soberanía alimentaria, Luchas campesinas y por el hábitat y Ecofeminismos.

Las mujeres originarias tienen como bandera la defensa del territorio y la autodeterminación de los pueblos; con lo cual las problemáticas territoriales vinculadas al modelo extractivo aparecieron en las exposiciones e intercambios de muchas de ellas, de diversos territorios, que participaron del Encuentro alzando su grito contra la megaminería, los monocultivos y las fumigaciones, el fracking, las megarepresas, las centrales nucleares y los desmontes. Sabemos que las jerarquías raciales y de género siguen prevaleciendo y como señala la antropóloga Rita Segato, la extrema violencia utiliza los cuerpos de las mujeres como parte de la “apropiación” de los territorios, puesto que indica la posesión de lo que puede ser sacrificado en “aras” del control territorial.

El concepto de cuerpo-territorio, que en los últimos años cobró protagonismo en las consignas de los movimientos feministas latinoamericanos, sirve como punto de encuentro de estos movimientos, es decir como vértice articulador. Tal como plantea el Colectivo Miradas Críticas del Territorio desde el Feminismo, el cuerpo es el primer territorio y al territorio lo reconocemos en nuestros cuerpos. En ese sentido, en palabras de la investigadora mexicana Giulia Marchese: “el cuerpo de las mujeres e identidades feminizadas es el lugar en el que persisten las estructuras institucionales e institucionalizadas, donde se plasman las políticas de jerarquización y estructuras de poder, es decir, se trata del ensamblaje corporalizado de género, raza, clase, sexualidad y edad”.

Apoyo a las mujeres mapuche detenidas

¡Liberar, liberar a la machi por luchar!, fue el grito que al unísono entonaron miles de mujeres y disidencias sexuales que participaron de la característica marcha que se realiza en todos los encuentros. Esta vez la movilización ocupó 35 cuadras del centro de la capital sanluiseña y recorrió siete kilómetros pasando lugares emblemáticos, con el fin de visibilizar la presencia del movimiento feminista y sus demandas. A la bandera de la comisión organizadora que encabezó la marcha, le siguieron las de las familias de víctimas de femicidios en San Luis y, en tercer lugar, las de las mujeres indígenas de todos los territorios.

Este encuentro estuvo particularmente atravesado por la exigencia de la liberación de las siete (ahora seis) mujeres mapuche detenidas en la comunidad Winkul Lafken Mapu, en Villa Mascardi, Bariloche. Este operativo, llevado adelante por un comando unificado de fuerzas federales, conformado por la Policía Federal, Gendarmería, Prefectura y Policía Aeroportuaria, incluyó una violenta intervención en la comunidad el entre el lunes 3 y el martes 4 de octubre y el traslado a Buenos Aires de cuatro de las detenidas.

La preocupación y alerta por las mujeres mapuche presas, entre ellas una machi (autoridad mapuche en salud), varias en período de lactancia y una embarazada, estuvo presente de manera trasversal en la mayoría de los talleres, espacios de intercambio, espacios culturales y en la apertura y plenario de cierre del 35° Encuentro.

“Repudiamos enérgicamente la represión llevada a cabo sobre las hermanas mapuches por parte del Gobierno Nacional a través de las fuerzas federales, siendo expulsadas de su territorio sagrado, detenidas y, 4 de ellas, trasladadas a Buenos Aires a una repartición de la Policía Federal. Este no es un hecho aislado, basta de persecución, discriminación y estigmatización al pueblo mapuche. Exigimos su inmediata liberación y responsabilizamos al Estado Nacional por su integridad”, denunciaron las y les integrantes de la comisión organizadora en el acto de apertura.

En esa misma línea, participantes de todas las provincias se solidarizaron con la situación de las mujeres detenidas y eso influyó en la decisión de que sede del Encuentro 2023 sea Río Negro y que Bariloche se presente como la principal ciudad para albergarlo. Río Negro se impuso en el plenario de cierre por “aplausómetro” sobre Córdoba, Jujuy y Ciudad Autónoma de Buenos Aires, las otras sedes propuestas. Inmediatamente después a que se definiera Río Negro, la mayoría comenzó a gritar ¡Bariloche! Si bien aún no hay una confirmación oficial por parte de la comisión organizadora, todo indica que el próximo Encuentro será en territorio mapuche y será un interesante desafío para las organizaciones y colectivos locales.

Por último, es interesante pensar estas articulaciones como “Pactos de ayuda mutua”, como define la investigadora ecofeminista Alicia Puleo a las alianzas entre los movimientos sociales contemporáneos, que resultan fundamentales en un tiempo de crisis múltiples y desesperada necesidad de alternativas viables y solidarias.

 

Florencia Yanniello es Periodista y Doctora en Comunicación, becaria posdoctoral del CONICET en el Instituto de Investigaciones en Diversidad Cultural y Procesos de Cambio (UNRN/CONICET).